Tratar de lograr la excelencia no es tarea fácil. Sin embargo, no es la excelencia el mayor logro, en realidad, lo más gratificante es el camino.
Babel ha caminado por baldosas doradas, ha sufrido huracanes, desvíos y baches y, aún así, ha continuado ese camino hasta hoy… ¡Y lo que queda!
Una certificación oficial no es la panacea ni la confirmación absoluta de que somos los mejores. Sin embargo, cumplir parámetros exigentes de calidad es algo que nos enorgullece.
Decidirnos por la obtención de una certificación ISO, en concreto la ISO 9001, fue una decisión unánime en nuestro equipo. Sabemos que somos buenos. Sabemos el esfuerzo y la ilusión que ponemos en todo lo que hacemos, así que quedaba tener una prueba real y certificada de ello.
Por tanto, nos pusimos manos a la obra. Y empezó el camino:
Reuniones con la empresa encargada de la gestión, elaboración de protocolos infinitos, coordinación con el equipo, adjudicación de responsabilidades y, lo más importante, divide y vencerás.
Ha sido un trabajo al cien por cien orquestado y elaborado por el equipo directivo, el equipo administrativo y su abanderada (nuestra Julia) y por la directora de estudios (nuestra Irina).
Sin dividir y organizarnos como un ejército sin pausas y sin miedos, no hubiera sido posible.
Han sido meses de reorganización y lo hemos conseguido.
Lo más bonito de todo este camino, y lo más revelador ha sido comprobar que, mientras poníamos el foco en un fin, íbamos recosiendo, remodelando y reajustando todas las entrañas de Babel. Es como cuando te dedicas a hacer deporte de forma continua y constante y empiezas a ver los resultados y, cuantos más resultados ves, más motivado estás: Ha sido una puesta a punto total.
Después de casi 23 años, Babel nunca ha dejado de avanzar, de crear, de innovar y, por tanto, teníamos una estupenda «materia prima» y ver cómo nuestra empresa se limpiaba a fondo y recuperaba un motor potentísimo, ha sido muy especial.
Podemos pensar que no es para tanto, que sólo es una certificación, sin embargo, no vamos a minimizar dicho proceso, porque sería injusto. Hemos puesto ganas y hemos cuidado los detalles. Ha sido como ordenar todos los cajones y armarios de una casa.
Ahora sí que sí, ahora podemos creernos que no sólo ofrecemos un servicio magistral, con errores y fallos, porque detrás de Babel hay humanos y no máquinas; y de todo ello aprendemos. No sólo ofrecemos un servicio estupendo, sino que además se demuestra nuestra calidad con esta certificación. Parámetros de calidad que hay que cuidar, comprobar y reportar continuamente, para poder seguir siendo un referente en el sector de los idiomas.
Los idiomas, ese mundo tan mágico, donde se abren puertas y ventanas y el aire fresco del conocimiento entra por cada rincón.
Nos encanta nuestro trabajo. Nos apasiona. Y por eso seguiremos, sin prisas, pero sin parar.
Y todo ese avance siempre será gracias a un equipo de trabajo de lujo y a miles de alumnos que, a lo largo de estos 23 años, han confiado en nosotros, nos han enseñado y nos han ayudado a ser mejores.