Para que un entorno educativo sea seguro y eficaz, es fundamental establecer una buena relación y, en este sentido, la compenetración, que significa entender bien a una persona y poder comunicarse bien con ella, es muy importante.
A veces, la compenetración surge de forma natural, mientras que, en otros casos, construirla puede llevar tiempo y un gran esfuerzo.
Cuando creamos un entorno de aprendizaje para nuestros alumnos, éstos deben tener una sensación de seguridad, conexión y pertenencia, lo cual es absolutamente imposible sin establecer una buena relación.
En la mayoría de los casos, la compenetración debe construirse conscientemente y suele basarse en experiencias o puntos de vista compartidos. La empatía, la receptividad, el diálogo y el respeto hacia los demás son elementos clave en este proceso.
Por ello, aquellos profesores que tienen más desarrolladas sus habilidades emocionales suelen experimentar menos emociones negativas. Envían vibraciones positivas a sus alumnos y es muy probable que estos profesores tengan relaciones de mejor calidad con ellos.
Además, cabe destacar que los alumnos que tienen mejores conexiones con sus profesores están mucho más comprometidos con el aprendizaje y mejor preparados para superar las dificultades.
Los profesores que transmiten una sensación de nerviosismo o frustración tienen más probabilidades de alejar a sus alumnos, lo que a su vez puede debilitar fácilmente la atención, la curiosidad y las ganas de aprender de los estudiantes.
En las clases online, por su parte, establecer una buena relación puede ser un verdadero reto, pues sentarse delante de un ordenador nunca se ha considerado un entorno ideal para conectar. En comparación con una clase tradicional, los profesores tienen menos posibilidades de utilizar su lenguaje corporal o de realizar juegos sencillos, aunque atractivos. A veces, un gesto de bienvenida o estar en la misma sala con otros participantes puede marcar una gran diferencia en términos de conexión.
Además, al trabajar desde la comodidad de su propia casa, los alumnos pueden convertirse fácilmente en aprendices pasivos, pues se necesitan numerosas interacciones para sentirse conectados y asimilar plenamente los materiales de aprendizaje.
Otra diferencia entre las aulas virtuales y las tradicionales es que es mucho más fácil identificar a los alumnos que se están quedando atrás cuando los tienes físicamente en una misma sala, ya que así suelen dudar menos a la hora de pedir aclaraciones o de mostrar explícitamente que les cuesta resolver problemas.
Otro problema a la hora de establecer una buena relación puede ser la excesiva atención que prestan algunos estudiantes a sus propias imágenes en pantalla. El contacto visual es de vital importancia a la hora de establecer relaciones. Si los estudiantes están obsesionados con las imágenes de sus propias caras, es imposible llegar a una interacción profunda.
No obstante, saber que tus opciones para atraer a los alumnos son más limitadas puede despertar tu creatividad e imaginación.
He aquí algunos consejos para establecer una buena relación en una clase online:
En primer lugar, es importante recordar que establecer una buena relación es un proceso continuo. Un error muy habitual es pensar que la compenetración ha de construirse una sola vez. De hecho, incluso una buena relación puede ser destruida por un comentario incómodo o una opinión sesgada, así que hay que cultivarla y desarrollarla constantemente.
En segundo lugar, los estudiantes deben sentirse realmente arropados cuando acuden a clase. Como dijo Toni Morrison: «Cuando un niño entra en una habitación -tu hijo o el hijo de cualquier otro- ¿Se te ilumina la cara? Eso es lo que buscan. »
Los alumnos trabajan mucho mejor si sienten que se les ve como individuos, no como otra pantalla de ordenador.
En tercer lugar, hay que ser sincero y generoso a la hora de reconocer los logros o las acciones positivas de los alumnos. No hay que pasar por alto las acciones menores, ya que importan mucho. Puede ser realmente gratificante elogiar a alguien por llegar a tiempo, encender la cámara tras un largo periodo de indecisión o silenciar su micrófono cuando hay ruido de fondo. Todos los esfuerzos han de ser tenidos en cuenta y valorados.
Por último, hay que ser un oyente activo. Se ha de escuchar con los ojos, con los oídos y con las tripas y recordar que la ausencia de pistas no verbales dificulta mucho la comunicación. Todos tenemos una fuerte tendencia a enviar y recibir mensajes a través de nuestros propios objetivos subjetivos. En los entornos online, es muy probable que surjan problemas de mala comunicación, de ahí que sea tan importante escuchar activamente y ajustar el mensaje para facilitar el entendimiento.
Ser plenamente consciente de los posibles retos que conlleva el trabajo online ayuda a los profesores a establecer una buena relación y llegar a un entendimiento común con sus alumnos.
Los profesores de inglés Babel Idiomas participan en el proyecto Erasmus Plus Emotional Distance Learning en el que, junto con socios de Grecia, Alemania, Irlanda e Italia, nos enfocamos en el aspecto que tiene la inteligencia emocional en el aprendizaje online, tanto de idiomas como de otras asignaturas.
Para saber más sobre este u otros proyectos en los que participan nuestros profesores de inglés, visita la web: https://www.babelidiomas.es/erasmus-plus/.