Palabras y más palabras:

Aprender idiomas es como construir casas
A veces comparo el aprender un idioma con construir una casa. Me explicaré mejor para que lo entiendas. Cuando se construye una casa (y sé que lo estoy simplificando mucho) hace falta una buena estructura, ya sea de hormigón, de madera o de acero; muchos ladrillos para las paredes y tejas para el tejado. Si solo tuviéramos la estructura, por muy fuerte y resistente que fuese su acero, madera u hormigón, nuestra casa sería inhabitable. No nos serviría para vivir en ella, ya que con un poco de lluvia o algo de frío nos tendríamos que buscar otro hogar para refugiarnos.
Sin embargo, si nos olvidásemos de hacer una buena estructura para nuestra casa y directamente construyésemos los muros, apilando los ladrillos unos encima de otros para hacer las paredes y lo tapásemos todo con nuestras tejas, es posible que esa maravillosa casa sirviera para protegernos del frío y de la lluvia, pero solo durante un tiempo muy limitado. En cuanto hiciese un poco de viento, ya sabemos lo que pasaría. Se nos vendría la casa abajo. Y no poco a poco, sino de golpe y con mucha fuerza. De nuevo nos hubiéramos quedado sin un sitio para vivir y nos tendríamos que buscar otro hogar.
Ahora puede que te preguntes qué tiene que ver esto con aprender idiomas. Eso tiene fácil explicación. Para mí, la estructura de la casa es como la gramática. Puedes aprender un montón de gramática y poder explicarla de maravilla, pero con solo eso… ¿qué tienes?.
Los ladrillos son para mí como las palabras, el vocabulario. Para hacer una casa bonita, necesitas muchos ladrillos. Para aprender un idioma nuevo necesitas mucho vocabulario. Algunas palabras son más básicas, otras más bonitas. Igual que con una casa, algunos ladrillos sirven “simplemente” de muro y otros son ornamentales y sirven para agradar a la vista. Poco a poco, le vas añadiendo ladrillos a tu casa y la vas haciendo más grande y más bonita. Igual que, poco a poco, añades más palabras a tu vocabulario y tienes mejor capacidad de comunicación. Al fin y al cabo un idioma es eso, ¿no? Una herramienta de comunicación.
Pero, si solo tienes vocabulario, si solo te aprendes 1.000 palabras, sin nada de gramática, de estructura, ¿te podrás manejar bien en el idioma? Durante un tiempo seguro que sí. Y, si solo lo necesitas para pedir un café o una hamburguesa cuando estás de vacaciones, seguro que te servirá. Pero, si quieres poder hacer algo más con el idioma, si lo quieres usar para trabajar, si lo quieres usar para comunicarte efectivamente con otras personas, vas a necesitar una casa sólida, con una estructura que aguante las tempestades y unos ladrillos que te protejan del frío y la lluvia. Para eso no basta solo con aprender palabras, sino que también necesitarás dominar la gramática.
Sé que hay mucho más en aprender un idioma que solo gramática y vocabulario. Igual que una casa tiene ventanas, un sistema eléctrico, fontanería, etc. Pero lo que pretendo con esto es explicar la importancia que tiene el vocabulario porque muchas veces es algo que los alumnos de nuestras clases de inglés olvidan.
Una vez que lo tengas claro, lo importante es empezar a buscar fórmulas para mejorar tu gramática y adquirir vocabulario. Para mejorar tu gramática, pronunciación, etc., necesitas clases de inglés. Y, si es con un profesor cualificado y en una academia reconocida, mejor. Personalmente, no confío mucho en las webs que te enseñan idiomas. Sé que ayudan en el aprendizaje, eso sí, pero siempre como algo complementario a tu curso, no como la base del mismo.
Cuando estás en un curso en una academia es muy probable que ya estés trabajando el vocabulario. Pero, ¿cuántas palabras nuevas aprendes cada semana? ¿Y lo haces de forma efectiva? ¿tres semanas más tarde, esas palabras nuevas realmente forman parte de tu vocabulario activo? Es verdad que se repasa el vocabulario nuevo en clase, pero no siempre los alumnos lo memorizan bien o le dan la importancia que tiene. Es como si pensaran que lo irán adquiriendo poco a poco, como por arte de magia.
Sin embargo, he visto que aquellos alumnos que realmente aprenden entre tres y cinco palabras nuevas todos los días (incluidas las que ven en clase) mejoran su capacidad de comunicar en el idioma de forma muy considerable en relativamente poco tiempo. Esa es la importancia del trabajo diario, de la que ya hablé en otro post.
Cuando llegué a Málaga, en agosto del 94, y tuve que alcanzar un nivel B1 (bajo) en seis semanas, empezando como principiante, comprendí que una de las cosas más fundamentales era el vocabulario. El hecho de aprender diez palabras nuevas todos los días hizo que a las seis semanas tenía un vocabulario de más de 400 palabras básicas en español.
Imagínate que solo aprendes tres palabras nuevas cada día, y solo de lunes a viernes. En nueve meses habrás aumentado tu vocabulario en casi 600 palabras. ¿Qué serías capaz de hacer con todo ese vocabulario?